viernes, 30 de noviembre de 2007

Super up. Chocolate. Azúcar.

- ¡Si al mediodía hay milanesas, éste es el mejor día del año!
- ¿Eh?...

Así, pateando un poco en el subte. Preguntándome por qué será que va lleno tanto de ida como de vuelta, y si será que nos estaremos cruzando de más.

- Impráctica es una palabra que no existe pero es práctica. Es que no hay una palabra para decir lo que no es práctico.
Sí, pero suena horrible. Prefiero un anti práctico o sub práctico o... nada, complejo, rebuscado... ¿poco práctico?

Puede ser que hagamos de algo relativamente simple algo debatible. Tiene sentido, entonces, que tome esa crítica acerca de la sobredimensión de mis recorridos analíticos y la descarte, porque no siempre lo que se aplica en un lugar se ajusta al deseo. Quizás pueda reencontrarme con lo que quería entre tanto espiral.

Prefiero inventar términos como "escuetez" antes que encontrarme diciendo que algo es "impráctico". Mis licencias son tomadas con respeto.


Ojo, puede que me equivoque.




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jueves, 29 de noviembre de 2007

Spaces in between pages...

Me enoja tanto que siempre tengas la última palabra... que sean tus restos los que ronden en el aire cuando ya te fuiste y ya no deberías estar allí. Eso, que quede todo como obnubilado con tu presencia, como embadurnado de vos.
Me da asco.
Me parece egoísta, dañino e irrespetuoso.
Eso, te falta profilaxis.





Profilaxis, del griego, preservación de la enfermedad.








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sábado, 24 de noviembre de 2007

¿No la tenés en amarillo?

- ¿Feliz?
- Requete.
- ¿Por?
- No sé... pero igual, cuando no, tampoco.
- ¿Por?
- No sé, no me hagas pensar.

Nunca entendí porqué alguien elegiría, sin coerción alguna, vestir de amarillo.
Me reí dos veces. Una, con lo de sin coerción alguna; otra, con la banalidad de mis reflexiones -que son, también, mis ataduras: ¿cuándo más atado que cuando vestido?-. Podía recitar de memoria "el amarillo no me queda bien, porque tengo la piel clara y nunca tomo sol"... me van mejor un negro o un azul marino, que juega o hace juego con la palidez y las ojeras, con los huesos en primer plano... Los colores claros resaltan las pecas.

Superficies.
Vengo de hacer shopping. Si bien es cierto que no compré nada amarillo, me probé todo en ese color. Supongo que me puede llevar un tiempo reformularme (pero Dr. Low dice que hay esperanzas y yo estoy fascinada con el libro que robé cortesmente a C).

miércoles, 14 de noviembre de 2007

- Ey,¿ me querías decir algo?
- Puede ser...
- ¿Y por qué no me lo decís?
- Porque prefiero que lo leas en otra parte.


Dicen que uno, en el fondo, no hace nada que no quiera.
También dicen, sí, seguidito nomás, que uno es en respuesta a la demanda de Otro.
Y me parece casi enigmático que para simbolizar al sujeto barrado en el QWERTY deba recurrir al, discúlpeseme por la mala intención, $

Un buen chiste te puede alegrar el día, es así nomás.
O una de esas buenas conclusiones, esas pequeñas pajas que nos hacemos con la mente en la mirada.

martes, 13 de noviembre de 2007

Me pareció válida la aclaración


... para que no se diga que no comparto información.
Opté por usar la gorra de baño. Me había lavado el pelo a la mañana y he escuchado que hace mal lavarse muy seguido... por los químicos, porque eliminás la "grasa natural"; en fin, saberes de los sabidos.

Ya en la ducha me saqué la gorra. Mi pelo estaba limpio, pero no me bañaba para limpiarme... y lo sabía antes de recordar eso de la grasita.

Uno se pierde en las pequeñas metas.

¿Qué queda, entonces?
Cuando el pelo ya está limpito y huele bien. Cuando ya saldaste las deudas y preparaste la comida.

Sí, se me va el hambre cuando me pregunto para qué me alimento.

K me para en seco.
Dicen los chinos que son cinco los porqué, explica, y empieza con la ametralladora: por qué por qué por qué por qué y por qué no sabés.
- Podióloga, eso es lo que sos.
Ay, sí, Kauqui, qué afiladito estuviste... me volvió el hambre y todo.

Pero sigo queriendo escribir una respuesta que ponga coto al batallón de preguntas (del mundo, no sólo mías)

(sí, soy puro humo,
no lo hago de egoísta, pero qué más da, lo hago)

lunes, 12 de noviembre de 2007

¡Ay, cuánta palabra certera!
A mí también me sale.
Sabelo.

Más fácilmente las flecha que las consuelo, pero qué más da... cada uno con sus habilidades
Y me lleno los bolsillos de una sustancia, que parece un moco o un gel.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Quizás confundirte sea lo que me gusta...

Qué te diría en ese día que no existe en el calendario
es un secreto que podemos tener.

Así,
sin tiempo,
sin espacio,
me escondo a susurrarte lo que se me ocurra, sin preocupaciones,
sin ese no sé qué de verte medio tirado en un rincón, alumbrando mis palabras y poniéndolas en pequeños escaparates que brillan de interpretaciones

festivas y elocuentes,

mucho más elocuentes que lo que podrían haber sido en ese momento, en ese día, que está fuera del tiempo y que no existe, en el que
te las planté a besos en el cuello, que
te sacudiste un poco y no te asustaste en lo más mínimo, porque para sustos
ya tenés el rincón y la soledad del tiempo en que no existo y no te hablo,
allí, cuando te silencio.

No te aflijas, milonguita

Uno se va olvidando, se va acostumbrando. De repente, aquello que defendías puede darse por sentado... y a medida que pasan los años ya ni eso, puede modificarse, alterarse... Y llegás a creer que puede no ser bueno que todos manifiesten su contento o descontento, que preferirías un poco más de silencio aunque un poco menos de sumisión. Como si independientemente pudiéramos luchar por lo mismo y obtener algún tipo de resultado, como si todo esto no implicara que en algún momento vamos a tener que mirarnos a los ojos, a la cara, y creer en el otro y en sus motivos, creer en que hay límites, limitaciones, y algo que todos necesitamos... que cuando hace frío no es la culpa de nadie, pero que que lo sufran algunos es la culpa de todos...

O al menos creer.

Es verdad que tengo a mi alrededor abrigo suficiente para una temporada más en el Invierno. Sin embargo, algo de los vidrios empañados me dice que puedo estar engañándome, y que tanto abrazo puede estar vacío. Más allá de mis posibilidades de auto-abastecerme... está esa mano tirándome de las ropas, óbligándome a voltearme, a darme vueltas... Y da miedo que me ataquen, pero más me asusta este impulso a ofrecerse en sacrificio que me sale tan bonito...


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sábado, 10 de noviembre de 2007

- Che, ¿tiene para largo esto de la vida?
- Y... pinta que sí.
- Garrón.
- Sí, mal.

(Cada tanto, uno de esos días en los que preguntar no tiene mucho sentido).

viernes, 9 de noviembre de 2007

Yo es otro

Yo es el poeta oscuro que sólo dice cuando es de noche.
Yo la sombra que lee en el transporte público.
Yo el encierro que no puede capturar ni siquiera fotogramas.
Yo canción, risas y saltitos.
Yo autoridad autónoma con voz fuerte y clara.
Yo superposición de sonidos de ojos ajenos.
Yo en expansión y danza.
Yo aire, a veces, en movimiento.
Yo sueños y realidades incosistentes.
Yo miedos, silencios, enojos y karmas.
Yo la vaca pastando aburrida.

¿Uno es lo que elige?
Uno es lo que quiere.
¿Lo que se quiere se elige?
Se elige lo que se quiere.
¿Se puede elegir querer? Digo yo, que estoy siendo sin querer...

La última Seda

Las palabras son para seducir, para poner moños atávicos y estructuras gnóseas... aunque a veces nauseabundas.
P
ractico, como si fuera un instrumento, esto de combinar los ritmos.

¿Por qué no puedo tocar la guitarra? me pregunto cambiándome presurosamente los jeans.
Pensé que quizás el violín podría imitar ese fluir de voces, ese cantar que no tiene palabras porque no se escucha tan fuerte ni tan claro.

Es que todo eso no tiene respuestas, es que nada es seguro, es que nunca estarás en lo correcto.

Y puede que me entristezca, pero noto que puedo tipear sin mover la vista de la pantalla y me sonrío... porque al menos algunos acordes me sé.


Y sí, un poco se trata de hacerse obra.