viernes, 9 de noviembre de 2007

La última Seda

Las palabras son para seducir, para poner moños atávicos y estructuras gnóseas... aunque a veces nauseabundas.
P
ractico, como si fuera un instrumento, esto de combinar los ritmos.

¿Por qué no puedo tocar la guitarra? me pregunto cambiándome presurosamente los jeans.
Pensé que quizás el violín podría imitar ese fluir de voces, ese cantar que no tiene palabras porque no se escucha tan fuerte ni tan claro.

Es que todo eso no tiene respuestas, es que nada es seguro, es que nunca estarás en lo correcto.

Y puede que me entristezca, pero noto que puedo tipear sin mover la vista de la pantalla y me sonrío... porque al menos algunos acordes me sé.


Y sí, un poco se trata de hacerse obra.