lunes, 13 de octubre de 2008




Sí, temo que la felicidad me vuelva idiota. Más aún, más todavía.

Estoy maníaca. Asusto. No se puede estar así.
Creo que si me viera a mí misma desde fuera, pensaría "esta mina se droga".
Me fallan la compensación, la serenidad y se me nota. Tengo que dejar de imaginarme cosas y de olvidarme hechos.

Sueño despierta. Vos, tus manos, mi cama.
No quiero despertarnos. Cuando uno se despierta se despabila, se aleja. Vos ves que yo, yo veo que vos, que el mundo, que la vida. Durmamos un ratito más.

Tengo miedo. Alguien que soy y no soy, algo que se me sobrepone, me excede, me deja renga. Y yo que era una tipa tan independiente y autónoma no me reconozco.



Back to basics.

Hoy salimos a engañar al sistema, y resultó un programón.

Elfie se sentía mal. Muy mal. Pésimo. Lloraba, y no salía de la cama.
No me preocupé, porque soy medio imbécil para estas cosas. Hija'e mi madre... que, by the way, llamó, asustada, preocupada, pidiendo cariñosamente "hiciera de ella".

Y saqué a Zok, con el mate a mitad de camino y el living semi-imaginado, y nos subí a un taxi, con Elfie a cuestas, que llevaba una pelota de almohada para sostenerse los intestinos. Y lloraba, era cierto que lloraba. Y yo no me había dado cuenta.

Después de varios consultorios Zok decidió que estábamos en una disco. Y así pasaron las horas, con el fraude a flor de piel y la sala de espera plagada de testigos. Cuando Ellefie estuvo inyectada por varias agujas en una noche loca decidimos que era hora de volver a casa.

Y en lugar de mate hubo pizza. Y Elfie tiene que hacer dieta, porque así le pegó la noche en que casi la desvirgan a los 27 años con un pene de plástico.






Ser mujer no es fácil.




Good night.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Esas caras de bocas enormes que carcajean arcadas. Esas otras que miran ceñudas y hacia dentro de sí mismos. No tengo boca y observo el silencio.



Pero mi mudez hace ruido...