domingo, 11 de noviembre de 2007

Quizás confundirte sea lo que me gusta...

Qué te diría en ese día que no existe en el calendario
es un secreto que podemos tener.

Así,
sin tiempo,
sin espacio,
me escondo a susurrarte lo que se me ocurra, sin preocupaciones,
sin ese no sé qué de verte medio tirado en un rincón, alumbrando mis palabras y poniéndolas en pequeños escaparates que brillan de interpretaciones

festivas y elocuentes,

mucho más elocuentes que lo que podrían haber sido en ese momento, en ese día, que está fuera del tiempo y que no existe, en el que
te las planté a besos en el cuello, que
te sacudiste un poco y no te asustaste en lo más mínimo, porque para sustos
ya tenés el rincón y la soledad del tiempo en que no existo y no te hablo,
allí, cuando te silencio.