lunes, 29 de octubre de 2007

Y Caracol reía...

... mi capacidad de sobre dimensionar es tal que un picaporte puede hacer las veces de distracción y síntoma.

Pero ella hablaba de eso otro, eso otro que no encuentra medidas en lo posible, eso que parece único e incomparable. Eso que no es un picaporte nada más.
Y yo no encuentro en mi mundo un lugar para darle. Siento. Que no la entiendo.


Qué no se está debiendo en esta vida, querida Caracol... la vida misma. Este beberse sin sed. Este existirse. Este convivir contigo misma que amenazas incansablemente (entre las palabras que encadenas pero no quieres decir cómo).


Y le daría un besito de buenas noches, si esas cosas me salieran más naturalmente.

jueves, 25 de octubre de 2007

- A mí como que me re va dormir en bolas (...) ¿Cómo que por qué?... Nada, porque es como re franela. (...) No, todos los días ni en pedo... es más como un mimo, no un hábito. Además todos los días no se puede (...) es que de chica escuché a una vieja decir que si hay un incendio durante la noche la pasás mal al salir de ahí... igual supongo que peor la pasás si te quedás. (...) ¡Ay, qué chiste negro!... Volviendo, de repente, se me ocurre que la vieja tenía todas las de perder, no como una, toda yegüita. (!!!) Che, vos siempre buscándole el lado morboso... ¿te pasa algo? (...) No sé, me pareció... Buen, te cuento de mi viaje después, estamos cansados. (...) Sí, dale, llamame (cuando se te cante el orto).

¿De vuelta o devolvida?



Estábamos tomando un mate con marihuana, cómo los extrañaba. De repente, bailábamos y nos reíamos ante los lapsus.

- Hoy falté a análisis.
- Uhh, ¿justo hoy? Te hubiera venido...
- Sí, justo hoy, eso es lo que pensé.
- Bueno, contame- decía, mientras ponía cara de analista y se rascaba un brazo, se peinaba un poco y se me quedaba mirando.

Estoy en casa, se siente bien.
Me molesta que en mi cuarto se note mi ausencia... o más bien la presencia de otros.

viernes, 19 de octubre de 2007

Las tardecitas de Buenos Aires

Nadie dice nada,
como si se hubieran fugado las ideas...
Y por ahí, cada tanto, alguien dispara, y algunos asienten con la cabeza. Luego bajan la mirada y siguen caminando.

Frustración.

Hace dos días que el clima nos alienta a pensar que al menos vamos a poder usar polleras y musculosas... y fumar un cigarrillo sentados en algún murito. Esto es, que quizás ya no necesite brazos ajenos para entrar en calor...

Triste, insatisfecha. Necesito abstenerme un poco.
Eso, el regreso del asceta.

jueves, 18 de octubre de 2007

Yo también quería una mantita y una pista de aterrizaje. Eso como para empezar a tener un lugar...
Pocas ambiciones las mías en un miércoles, algunas palabras más que otras noches y ya casi que tengo la forma del lenguaje. Pienso en que somos siervos del discurso, aunque más no sea bajo la forma del propio nombre...


(Nunca me gustó mi nombre).


Siervos... ¿Será por eso que en mi mesa de luz hay un reloj y un candado?
También estoy presa de los cigarrillos. ¿Será por eso que mi cama está tan seca?

El calefón estaba apagado.
Me felicité por haberlo descubierto antes de mañana 6.30 AM. Me río de que el fuego no encienda... ¿estaré psicotizándome? Digo, con esto de la metáfora y el síntoma, con esto de que me seco, no me enciendo, me río y me apasiono. Y me aprisiono.
Llega K, suerte para mí. Tenía que apretar más fuerte, dice... tenía que ponerle énfasis a la cuestión.
Me alisto para la cama seca. Previendo el desierto vuelvo a la cocina, a buscar paliativos. K había dejado el calefón con la compuerta abierta.

Ay, qué suerte que me avivé, no vaya a ser que me prenda fuego.


(Las cenizas no se encienden. No queda nada para quemar.)



miércoles, 10 de octubre de 2007

Cíclope...

Tengo tres años más y duermo tres horas menos.
Me enredo en las mismas cosas y te cuento cuentos.
Infinitas palabras, atajadas y puestas en serie, como para que digan algo... me esmero, como para decir algo.

domingo, 7 de octubre de 2007

Tan de carne que se prende fuego...

- ¿No será muy primavera para epitafios?
- No. Son como esas prendas que no pasan de moda.
- ... o como un latiguillo.
- No me preocupa que se me entienda, en realidad... a esta altura del partido me parece válido empezar a ahorrarme explicaciones.

martes, 2 de octubre de 2007

Qué más da, quién da más... I'm out.

Enciendo un cigarrillo, hago una marca en el libro, saco el cuaderno y dibujo unas notas. Retomo el libro, una pitada, otra página. Agua. Otra pitada y todos los espectros...

Habías dejado de fumar...

Cuando ya no te importa es difícil mantener una posición.

Estoy cansada y me veo venir un tornado. Hemos ensayado los simulacros para mantenernos vivos ante este tipo de catástrofes eólicas. No tuvimos en cuenta que no iba a ser nada relevante cuando finalmente sucediera. Ya nadie quiere pelear... dejamos las armas a un costado de la cama y nos dormimos profundamente.

lunes, 1 de octubre de 2007

AfterG-Low(e)

Lowe estuvo poco astuta hoy.
No podía mirarla, me mordía la lengua, los ojos, y me preguntaba qué hacía allí, sosteniendo cataratas.

- ¿Se puede contar?

Fue su primera jugada.
(Pretty lame, Sra Low)

Si pudiera encontrar palabras las tiraría todas, junto a mi cartera y mi piloto, sobre el diván.
Si pudiera, no estaría sumida en este silencio.
Si hubiera algo para decir.

Lo escupiría de manera furiosa. Y Caracol piensa que no me hago cargo y asesino al mensajero. Me excuso, a veces puedo ser tan inteligente, no sé qué me pasa... limpio la sangre que desciende de las pupilas de Lowe, el almirante ciego. Me amarga cuando cree que puede ayudarme con restos de la vida cotidiana de alguien (de la mía... y a mí qué me importa y a mí qué me importa).

- Entonces, se trata de una elección acerca de qué decir.

Le hubiera dado un premio a la boludez del mes, pero me temo que octubre recién empieza y los últimos meses del año a la doctora la agarran cansada. ¿Y a quién no? Otra vez la mezcla de caos y nada.

- ¿Qué caos? ¿Qué es freak?

Odio cuando tengo que hacer tantas aclaraciones.
Inútil verte a veces, sobre todo cuando llueve así y el pronóstico indica que durará toda la semana. Cuando el panorama es negativo, tiendo a tener fe en los meteorólogos. Y me duele tanto la cabeza que dudo pueda volver a ocurrírseme una idea.