lunes, 7 de mayo de 2007

Si supiera guardar un secreto...

... quizás no me diría absolutamente nada.


Me aburro tanto de escucharme, me agoto de mi repetición.
Soy un disco rayado de Los Parchís, me harto de todos los pajaritos a volar que tengo en el pajaral que me desata tantas pulgas y enojos y ay ay ay, cuánta conmoción. Porque te dijeron que debías enfrentar las consecuencias de tu yo en el otro que no es el Otro, pero de alguna manera te hace pensar en las consecuencias del Otro en tu yo (y es casi gracioso que logre tener actos fallidos con el teclado, que lo Real logre colarse entre tanta tecnología para reíse cantando "qué loco, tipeaste 'Otra'").

No sé, por alguna razón los domingos son así, me hacen pensar que tanta familia es pura soledad, que a pesar de tanto amor no soy nada y no valgo nada y que la gente y yo estamos muy equivocadas. Que los adoro y que los extraño pero que no logro acercarme a nada. Y es mentira, porque me morí en sus brazos, en los brazos de cada uno de ellos, de alguna manera. Si me dieran un segundo de vida, nada más que un segundo más, no sería nada despreciable encontrarme en los brazos de mil d'irubs, que de alguna manera puedan darme todo el amor que mi mamá y mi papá no pudieron.
Fantaseo que mi abuela es mi madre y me quiere incondicionalmente. Gracioso, me doy cuenta de que al transformarla en mi madre me translado a mi madre... ja, divertido esto del Edipo (dónde pongo el cadáver?).

Quizás tomé demasiado hoy... Igual gané al Trivial. Y mi familia estuvo de lo más contenta conmigo hecha chistes y comentarios pícaros e hilarantes. Me sentí súper cool. (Soy re trendy, les enseñé a las chicas a hacerse un rodete sin usar nada y parecer una dama antigua perdida en París).
Nevertheless... nunca se dignó a dejar de repetir "soy domingo, mañana a trabajar, soy domingo, a ver cuánto más aguantás".
Y parece que cada domingo que pasa es una fotocopia de un domingo que pasó... la imagen en detrimento, la tristeza cada vez más irreconocible y por ello más triste. Me desencuentro con mis lágrimas y me repito que quisiera morir durante la noche o garcharme un par de rubios... deshabitarme un poco se parece bastante a dejarme coger, a cortarme en tiritas, a alimentarme de sexo, a trasformarme en cuerpo.
Pucho en stand by, busqué la gillette en la mesa de luz. No la encontraba y me olvidaba de porqué la buscaba. Ya no la quería, pero de repente se me antojaba que debía encontrarla. La senté a mi lado, lee ahora, se ríe un poco. Obviamente, me doy mucha pena.

(lo que más me apena, en este momento, es que mañana tengo que ir a trabajar, con la gillette me estoy cagando de risa a esta altura)