lunes, 13 de octubre de 2008




Sí, temo que la felicidad me vuelva idiota. Más aún, más todavía.

Estoy maníaca. Asusto. No se puede estar así.
Creo que si me viera a mí misma desde fuera, pensaría "esta mina se droga".
Me fallan la compensación, la serenidad y se me nota. Tengo que dejar de imaginarme cosas y de olvidarme hechos.

Sueño despierta. Vos, tus manos, mi cama.
No quiero despertarnos. Cuando uno se despierta se despabila, se aleja. Vos ves que yo, yo veo que vos, que el mundo, que la vida. Durmamos un ratito más.

Tengo miedo. Alguien que soy y no soy, algo que se me sobrepone, me excede, me deja renga. Y yo que era una tipa tan independiente y autónoma no me reconozco.