lunes, 20 de agosto de 2007

Incómoda. Bestialmente. Un animal rabioso enjaulado, escupiendo gelatina, ignívoma... todo indica que no estás haciendo nada bien. Los altercados entre el todo y la nada te tienen sin cuidado, pero has empezado a hablar como un dibujito animado.


Y si puedo es porque me he dedicado durante largos años y ensayo cada una de las psicopatologías con empeño. Me animo a explorar, no profundizo... heme aquí, cual ramo de síntomas, confundiendo a cuanto ser psi se me cruce...
Mi astucia me divierte, aunque resulte irrelevante.


Me vienen ganas de desgarro, de salir a correr, de comer chupetines... y de todo eso al mismo tiempo... ("lo llamo o no lo llamo" se reemplaza con novelas, episodios, series, cuentos, desafíos, fantasías, vino, citas y mucha planificación...). El desvarío entretiene. Mis caprichos también.



Eso, estoy infinitamente caprichosa.