miércoles, 15 de agosto de 2007

El llanto que se me escapa sin control no tiene nada que ver con el deseo. Son lágrimas, lisas y llanas, sin mayores aspiraciones.

Es posible que no logre mantenerme inmune como hubiera pretendido, pero francamente opino que estoy haciendo malabares con la escasez de recursos.

Un poco trapecista en la nada y otro paso más allá de las necesidades.
Como para no guardar luto.