martes, 1 de mayo de 2007

Entre valijas y corpiños

Vuelven las distancias que sabíamos inevitables. Eso de que siempre puedo acercarme a vos no cambia.
Es extraño eso que te pasa a vos, de que te vas todo el tiempo, y eso que me pasa a mí, de que creo que no estoy y no me voy a ninguna parte.

No me animo a tanto abismo.
El ascensor en planta baja. Los cubiertos en su lugar. Las empanadas mirando para el mismo lado. Nunca hacer cuadras de más. Nada de pizza con jamón. Que las luces estén apagadas. Las puertas de los placares cerradas. No a las alturas. Pantalla solar.
Y el silencio infinito...

Los bolsos de Lola la acompañan. Marcha firme y convencida, es eso lo que quiere. Sin embargo los bolsos nunca son fáciles de cerrar.