Porque se hace noche, a veces, mientras dejé pasar el día haciendo vaya uno a saber qué cosas. Cómo se me pueden pasar los días así, arrastrada... desamorándome en deseos estivales pegajosos y húmedos.
Cenizas que caen, han quemado ese día que ya no sobra ni falta a nadie, ese día en que una vez más ordené mi carne al asador y sentí esfumarse el humo de mis inocentes aspiraciones.
ah, ¿cuánto hay que hacer para que la abracen y la golpeen a una?
aaahhhhhhhh...ghh..