sábado, 14 de abril de 2007

Belle & Sebastian se viene escuchando en los cuartos de las chicas...

Tuve que bajar a comprar puchos. Odio cuando debo interrumpir mi día por cigarrillos... ese que no te pudiste fumar en el café de la puta Capital, ese que no te pudiste fumar en la oficina o en el subte... ese que me quiero fumar cuando me quedo sin... ése.

El pucho vino con chocolate con almendras. Si, llueve y me merezco un chocolate.

Tengo planeado (y casi lo hubiera cumplido, si tan sólo no fumara) quedarme en la cama nuevamente, todas las horas que sea necesario o innecesario o las que pueda. Me gusta cuando mi cama parece un campamento o un campo de batalla: dos cuadernos, lápiz, bic, un libro gordo, un cenicero lleno, puchos y más puchos, papeles de golosinas, encendedor, algo que no tenga nada que ver -hoy, una tijerita de uñas-, agua cerca, siempre... la máquina entre las sábanas, 5 almohadas, alguna frazada -it can get so cold...-. Ahora me parece que quiero un café.

Estuve leyéndote todo el día. Tus notas en lápiz en algún papel de por acá, tus cartas... tus cartas a otras, tus conversaciones con otras. Dicen que está mal, dicen que no está bien. Lo sé.

Mientras volvía del kiosco pensé en volver a la cama y festejar al recién llegado cigarrillo con una copita de vino. Luego noté que eran las cinco de la tarde. Supongo que fue entonces cuando esto del café me vino a la mente.

Aj! ya son las 18.01... Imagino cómo te paseas incómodo por el mundo. Te gusta estar incómodo, sin duda no conoces otra manera. Pero cómo me gusta estar contigo... tan vagabundo, tan indiferente. Una sonrisa empieza a tener un valor interesante. O cuando tu mano... tu mano... adoro cuando se acerca tu mano.

(puedo también verlo de otra manera y decirte que no me importa tu cariño de morondanga, de mascota vieja que ya ni muerde ni ladra ni genera la menor compasión. puedo verlo así también, sabés? así que no pongas el gesto de rubio bueno y des una carcajada... más vale pedime perdón, más vale abrazame)


Afuera van y vienen, yo sigo en el útero, intentando definir si voy a salir o no. Hacen ruido y dificultan mi decisión, tanto ruido... equiparable a la cantidad de preguntas que habrá cuando decidas salir... porqué habrá que responder tanto?

Uff, puse Wish. Quiero ver si así algo... me voy a hacer un café.
También tuve que decidirme a prender una luz. Y a no atender el teléfono. Cómo me molesta el teléfono, con su ansiedad y su demanda y su campana desesperada. (con su silencio a veces también). "No es que no tenga ganas de hablar pero, es... que no tengo ganas de hablar". Y no quiero que se enoje, pero menos quiero hablar. Y, por favor, no golpees a mi puerta.


Me gusta la ropa cuando se convierte en pijama... cuando ha pasado las pruebas del día y la noche y se ha vuelto tan cómoda que puede ser tu atuendo de kiosco a las 5 de la tarde (y también todo lo otro).

Y pensar que estas babuchas subieron al Aconcagua!! qué lejos hemos llegado mis sueños y yo.
Ja.