Me gana la tristeza. Una mezcla de profecía autocumplida y deseo subyugado.
Te despierto en mitad de la noche porque necesito hablar. Tenés sueño y a mi las palabras no me salen, así que sólo me hacés un lugar en la cama, en el cual claramente no quepo.
Todo es insatisfacción.
(-es que a vos no hay poronga que te acomode)
(-ey, no es verdad)
(-bueno, pero igual no te banco)
(-eso es otra cosa)
Ya no me analizo porque sé que no tengo solución. Me empeño en demostrar(me)lo.
Lowe must die.