sábado, 24 de mayo de 2008

Como Gretel, pero en lugar de dejar miguitas deja un reguero de pólvora. Un camino zigzagueante del que ya no puede divisarse el principio. El origen puede ser irrelevante, hacia adelante el campo abierto. Me detengo y no sé cómo continuar, pero tampoco importa.

Soy de plástico. Soy un resto de historia. No soy nada.

No se trata de adicciones, se trata de hobbies.

Si mi cuerpo supiera adaptarse a los hábitos de mi alma, mi vegija sería mucho más grande. Si no fuera porque tengo que hacer pis, no me levantaría nunca de la cama.

Cualquiera diría que es un fin de semana más, yo, sin embargo, creo que he logrado evadirme y he descubierto un poco más sobre el patetismo de nuestro día a día y las colectivas aspiraciones de universos paralelos.

Un poco más sabia, más limitada, más resignada, más valiente y más enajenada.