sábado, 14 de abril de 2007

+ riesgo

No quería comer con nosotros pero se sentó, silencioso, a la mesa. Días y noches a la mesa con nosotros. Poco a poco dejó de hablarme. A veces se dirigía a los demás. Si podía evitarlo, no tomaba mi mano; y siempre podía evitarlo, necesitaba mis manos libres para taparme la boca y el deseo. O para llevarme el deseo a la boca.

dice que hace tiempo que ni siquiera se violenta conmigo. creo que es mi culpa.

Las calles están atascadas cuando llega un llamado que no es EL llamado. un auto que se digne a atravesarme con toda la velocidad que sea necesaria. un-no con el pavimento.

No pude hablar, no puedo hablar y no sé si vaya a hacerlo en algún momento. Estas palabras prestadas tienden a albergarme en sutiles hojas cuadriculadas que quieren hacer las veces de pentagrama. Una pena que en lugar de dárseme por la música se me de por darme.
Desentono y me canso del léxico gastado de lugares comunes y narcóticos.


Es una suerte que no me importe lo que digas, considerando que no vas a hablarme.
(darme el lujo de semejante banquete y tamaño sacrificio, verlos sangrar unas gotas mientras exhalan ese dejo a abandono que tienen sus ojos cuando me miran -es la culpa, saben que me han abandonado.-)