Cambió una de sus palabras por otra, me desapalabró.
Puso algunas de sus palabras sobre las mías, me desapalabró.
Hurtó mis palabras, me desapalabró.
Dejó que se me escaparan palabras, me desapalabró.
Me dejó boquiabierta, me desapalabró.
Desapalabrada porque las siento amontonarse contra el diafragma y punzarme un pulmón, todas palabritas que se metonimiquean pero no se dejan oír, y me desapalabran.