Qué te diría en ese día que no existe en el calendario
es un secreto que podemos tener.
Así,
sin tiempo,
sin espacio,
me escondo a susurrarte lo que se me ocurra, sin preocupaciones,
sin ese no sé qué de verte medio tirado en un rincón, alumbrando mis palabras y poniéndolas en pequeños escaparates que brillan de interpretaciones
festivas y elocuentes,
mucho más elocuentes que lo que podrían haber sido en ese momento, en ese día, que está fuera del tiempo y que no existe, en el que
te las planté a besos en el cuello, que
te sacudiste un poco y no te asustaste en lo más mínimo, porque para sustos
ya tenés el rincón y la soledad del tiempo en que no existo y no te hablo,
allí, cuando te silencio.